Cada vez que paso por la parte occidental de Luxor, recuerdo lo fascinado que me quedé por la profunda hendidura oculta entre las áridas colinas de color marrón amarillento. No se trata sólo de una atracción turística; aquí es donde los gobernantes más poderosos del Antiguo Egipto iniciaron su viaje hacia la eternidad. El Valle de los Reyes. Es literalmente impresionante. Nunca olvidaré la primera vez que el cálido viento del desierto me golpeó la cara y el humilde asombro que sentí al contemplar el valle. Es una de las expresiones más majestuosas, complejas y misteriosas de la creencia del hombre en la muerte, los dioses y la vida eterna.
¿Por qué centrarse sólo en el Valle de los Reyes?
Puede que haya venido a Luxor para empaparse de la historia egipcia en general, pero créame, ese momento especial en el Valle de los Reyes será uno de los más memorables de su viaje. ¿Por qué? Porque, a diferencia del esplendor exterior de los templos, ésta es la muestra más personal, más visceral, del alma, las creencias de ultratumba y el genio artístico del Antiguo Egipto. Cada cámara funeraria cuenta una historia diferente, según la identidad, la época y las creencias de su propietario. Las pinturas y jeroglíficos de las paredes no son mera decoración; son representaciones visuales de textos sagrados, oraciones, fórmulas mágicas y vínculos con los dioses, escritos para garantizar el paso seguro del faraón a la otra vida. Cuando uno entra en una tumba, el ruido del mundo exterior se desvanece y se sumerge en un silencio que se remonta a miles de años atrás. Se trata de una experiencia mucho más profunda y personal que la lección de historia general que se recibe en los templos. Así que venir aquí no es sólo "ver un lugar más en Luxor", sino abrir una ventana directamente al mundo de los faraones.
El Valle de los Reyes: Historia y significado
Los faraones del periodo del Nuevo Reino (ca. 1539-1075 a.C.) experimentaron amargamente lo vulnerables que eran las grandes pirámides de Giza a los robos. Por ello, decidieron trasladar sus tumbas a un lugar más protegido y secreto. Este valle desolado en el lado oeste de Luxor era un lugar ideal debido a su geografía y ubicación oculta tras las colinas. Conocido en el antiguo Egipto como Ta-sekhet-ma'at, que significa "Gran Puerta", este valle se utilizaba como necrópolis donde se enterraba en secreto a los faraones y a algunos nobles poderosos.
Las tumbas no son estructuras elaboradas como las pirámides, sino complejos sistemas de túneles con largos pasillos, cámaras y pozos excavados en la roca. Las paredes de estos túneles están decoradas con magníficos frescos y jeroglíficos que representan los viajes de los faraones al más allá, sus interacciones con los dioses y textos religiosos. Cada tumba es una "casa" meticulosamente planificada para permitir a su propietario ascender al reino de los dioses y "renacer" tras la muerte. Tal era la santidad y el secreto del valle que los obreros y artesanos que trabajaban allí (los que vivían en Deir el-Medina) vivían aislados del mundo exterior.
La importancia arqueológica del Valle de los Reyes es inmensa. Las tumbas que aquí se encuentran proporcionan información inestimable sobre las creencias religiosas, el arte, la arquitectura y la estructura política del Nuevo Reino de Egipto. Aunque la mayoría de las tumbas han sido saqueadas a lo largo de los siglos, la de Tutankamón, descubierta casi intacta por Howard Carter en 1922, es un testimonio de la riqueza y los secretos que aún guarda el valle. No es sólo el lugar de enterramiento de faraones, sino una puerta viva a uno de los periodos más brillantes de la civilización del Antiguo Egipto.
Las principales cámaras funerarias del Valle de los Reyes y su experiencia
Se han encontrado más de 60 tumbas en el Valle de los Reyes, pero no todas están abiertas a los visitantes, y las que están abiertas suelen abrirse y cerrarse por turnos. Un billete de entrada estándar suele dar derecho a visitar 3 tumbas (algunas tumbas especiales, como las de Tutankamón, Seti I y Ramsés V/VI, tienen un coste adicional). Es importante consultar en el centro de visitantes qué tumbas están abiertas ese día. Pero créame, entre en las tres que entre, la experiencia le conmoverá profundamente.
Estas son algunas de las tumbas a las que normalmente se puede entrar con una entrada normal y que, en mi opinión, son de visita obligada:
Tumba de Ramsés VI (KV9)
Es una de mis favoritas del Valle de los Reyes. Nada más entrar, uno queda hipnotizado por las escenas astronómicas y las constelaciones que cubren el techo. El techo de esta tumba representa la concepción egipcia del "cielo" y el viaje cósmico del faraón. Los colores de las paredes siguen siendo increíblemente vivos, y las escenas del Libro de los Muertos muestran encuentros con demonios y dioses que deben superar las puertas. Los pasillos son amplios y espaciosos, lo que hace más cómodo moverse por su interior. Esta tumba, donde se cree que yacen juntos Ramsés V y Ramsés VI, es realmente impresionante en planta y decoración, y es una de las tumbas más ornamentadas a las que se suele acceder con una entrada normal. Sólo ver el techo es razón suficiente para venir aquí.
Tumba de Merenptah (KV8)
La tumba de Merenptah, hijo de Ramsés II, es una de las más largas y profundas. Una visita aquí es ideal para comprender cómo se desarrolló la arquitectura funeraria del Antiguo Egipto. Las pinturas del interior incluyen escenas de textos como las Letanías de Ra, que relatan el viaje del faraón por la otra vida en unión con el dios solar Ra. La cámara del sarcófago es bastante grande y da una idea de la escala de la tumba. Aunque en algunas partes los colores no son tan vivos como en Ramsés VI, los detalles de los jeroglíficos tallados y la atmósfera general de la tumba son bastante impresionantes. El profundo silencio que se siente al caminar hacia el final del túnel hace que uno se dé cuenta de lo sagrado que fue este lugar.
Tumba de Ramsés III (KV11)
Esta tumba también se conoce como la "tumba de los arpistas" porque en la pared de una cámara situada en la cabecera de la tumba hay una escena única que representa a músicos ciegos (arpistas). La tumba de Ramsés III es ligeramente diferente de las demás, con secciones que representan escenas de la vida cotidiana (cocina, talleres, incluso una sala del tesoro). Estos detalles demuestran que el faraón no sólo era una figura religiosa, sino también el gobernante del Estado y la amplitud de cosas que quería "llevarse" a la otra vida. Los túneles son algo más estrechos y tienen un plano diferente que conduce directamente a la cámara. La variedad de escenas aquí ofrece una ventana única al arte y la cultura egipcios. Especialmente se me quedaron grabadas las representaciones de músicos, que parecían susurrar una melodía de hace miles de años.
Tumba de Tutankamón (KV62) (Cargo adicional)
Sí, es la más famosa del valle y requiere una entrada adicional. Debo ser sincero, la tumba de Tutankamón es bastante pequeña en comparación con las tumbas de otros grandes faraones y las pinturas de las paredes no son tan coloridas ni comunes. Sin embargo, la importancia de este lugar radica en que la tumba se encontró prácticamente sin saquear. En su interior aún se puede ver la momia (en una caja climatizada) y el ataúd exterior (la mayoría de los artefactos se encuentran en museos de El Cairo). Entrar aquí es como adentrarse en ese momento histórico, ese instante de descubrimiento en el que Howard Carter dijo: "¡Veo cosas maravillosas!". Después de las grandes y ornamentadas tumbas, resulta un poco más conmovedor saber que esta pequeña tumba es el lugar de descanso final de un joven. ¿Merece la pena el coste adicional? Si le interesa especialmente la historia egipcia y la famosa historia del descubrimiento, entonces sí. Pero si viene sólo por los murales y la arquitectura, las tumbas de la entrada estándar podrían impresionarle más.
Tumba de Seti I (KV17) (de pago y normalmente cerrada)
La tumba de Seti I está considerada una de las más largas, profundas y bellamente decoradas del valle. Desgraciadamente, debido a las obras de restauración y a la sensibilidad, suele estar cerrada a los visitantes. Si se encuentra con una de las raras ocasiones en que está abierta y dispone de un presupuesto, no debería perdérsela. La calidad de las pinturas de las paredes y la viveza de los colores son legendarias. Los detalles del interior representan la cumbre del arte del Antiguo Egipto. Espero que algún día vuelva a estar completamente abierto, porque es una de las joyas de la corona del Valle de los Reyes.
Otras tumbas de interés
Otras tumbas a las que se puede entrar con una entrada estándar incluyen tumbas de diferentes periodos, como las de Ramsés IV (KV2), Ramsés IX (KV6) y Siptah (KV47). Cada una tiene su propia planta, estilo de decoración y énfasis en las pinturas murales. Puede que en una de ellas veamos una representación de la diosa del cielo Nut, mientras que en otra encontraremos escenas del Libro de Amduat, que describe el Inframundo. A cuál de las tres tumbas entre dependerá de la selección de ese día y de sus intereses personales. Si dispone de tiempo, puede decidirlo mirando los carteles de las entradas de las tumbas y los paneles informativos del exterior. Yo suelo intentar que al menos una de ellas sea de una dinastía diferente o tenga una disposición distinta para poder apreciar mejor la diversidad del valle.
La experiencia del Valle de los Reyes: Calidez, silencio y admiración
Al llegar al valle, el clima caluroso le envuelve de inmediato. En verano este calor puede ser agobiante, por lo que es importante llegar temprano por la mañana. Después de sacar el billete en el centro de visitantes, se puede ir andando hasta el enterramiento o utilizar los pequeños trenes turísticos que recorren el interior del valle (por un módico precio). Suelo preferir caminar para hacerme una mejor idea de la escala del valle y su ubicación entre esas empinadas laderas.
Las entradas a las tumbas suelen ser aberturas rectangulares excavadas en la roca. Algunas tienen pequeñas estructuras protectoras o rampas delante. Nada más entrar en la tumba, uno se siente aliviado del calor y la luz del exterior, pero recuerda que dentro el aire está quieto y suele ser cálido. A medida que se desciende, el túnel parece enfriarse, pero el aliento y la presencia de los visitantes pueden calentar el aire.
El ambiente en el interior de las tumbas es único. Hay pocos sonidos, sólo el eco de tus propios pasos o los susurros de otros visitantes. A medida que los ojos se van adaptando a la tenue luz, se ve cómo emergen los colores y los detalles de las paredes. Las figuras de faraones y dioses, las gráciles curvas de los jeroglíficos, parecen mirarte desde miles de años atrás. Estas paredes no son sólo pinturas; son historias, conjuros, oraciones... Cada línea, cada color encierra un significado.
Cuando se llega al punto más profundo de una tumba, normalmente la cámara del sarcófago, la altura del techo aumenta y el espacio se expande. A veces se alza un sarcófago vacío o sólo su pedestal. Estas cámaras son donde tendrá lugar el renacimiento del faraón y suelen ser las partes más ornamentadas e importantes de la tumba. Estar solo en esa sala, examinar el techo, las paredes... Es una sensación difícil de describir. Es a la vez sobrecogedora y un poco melancólica. Mientras los que yacen aquí buscan la eternidad, nosotros venimos de otro tiempo y visitamos las casas que han preparado para este viaje eterno.
El tiempo que se pasa dentro de las tumbas suele ser limitado (cuando hay mucha gente, los cuidadores pueden pedirle amablemente que acelere), por lo que es importante aprovechar bien el tiempo. Cada tumba tiene su propia disposición y atmósfera. Algunas descienden en línea recta, mientras que otras tienen curvas cerradas y escalones. Estas diferencias reflejan las creencias religiosas o las técnicas de construcción de la época.
Cuando se sale de las tumbas, el mundo colorido y misterioso que se ha visto en el interior permanece en la mente mientras los ojos se reajustan al sol brillante. El paisaje desértico del exterior contrasta con los espacios cerrados y ornamentados del interior. Creo que este contraste es la esencia del Valle de los Reyes: un mundo duro y cruel en el exterior y, en el interior, un santuario elaborado y colorido para la vida eterna.
Consejos prácticos para el Valle de los Reyes
Visitar el Valle de los Reyes requiere algunos preparativos y conocimientos especiales, diferentes de los de su viaje general a Luxor. He aquí algunos consejos extraídos de mi propia experiencia, específicos para este valle:
- Ve pronto: El valle abre al amanecer (normalmente sobre las 06:00). Llegue lo antes posible para escapar del calor y disfrutar de las tumbas con más calma antes de que lleguen las multitudes. El ambiente del valle es completamente distinto con las primeras luces de la mañana.
- Llévate mucha agua: Los lugares donde comprar agua en el valle son limitados y pueden resultar caros. Asegúrese de llevar agua en abundancia. Especialmente en el interior de las tumbas, el aire puede estar estancado y caliente.
- Vístase adecuadamente: Elija tejidos ligeros y transpirables para el calor del desierto. La ropa que cubre los hombros y las rodillas ayuda a protegerse del sol y es respetuosa desde el punto de vista religioso y cultural. Es imprescindible llevar calzado cómodo. Caminará sobre arena y terreno irregular.
- Protector solar, sombrero y gafas: El sol puede ser muy intenso. No olvide protegerse.
- Normas de fotografía (¡muy importantes!): En el Valle de los Reyes está permitido fotografiar en zonas públicas. Sin embargo, una vez dentro de las tumbas, La fotografía suele estar prohibida o requiere un ticket fotográfico aparte (que puede ser bastante caro). Estas normas pueden cambiar de vez en cuando, así que compruebe la situación actual al comprar su entrada o con el personal de las entradas de las tumbas. En algunas tumbas (sobre todo en las famosas, como la de Tutankamón) los guardias pueden ser muy estrictos al respecto y confiscarte el dispositivo si te ven haciendo fotos. Sé por experiencia propia que lo mejor es guardar la cámara o el teléfono en el bolso y olvidarse de él al entrar. De todos modos, ver los detalles de esas paredes con tus propios ojos será mucho más impresionante que una fotografía. Por favor, respete esta norma.
- Selección de tumbas: Puede entrar en 3 tumbas con un billete normal. Comprueba qué tumbas están abiertas en el tablón de la puerta de entrada. Normalmente, las más populares (como Ramsés VI o Merenptah) están abiertas. Si tienes un interés especial en la arqueología o el arte, puedes hacer una investigación preliminar en Internet y preguntar si las que te interesan están abiertas ese día. Si hay poca gente, podrá pasar más tiempo dentro de las tumbas.
- Aire dentro de la tumba: Hay poca circulación de aire en el interior de las tumbas. Si es claustrofóbico o tiene dificultades en espacios reducidos, algunas tumbas con pasillos estrechos pueden incomodarle. Sin embargo, los túneles de la mayoría de las tumbas grandes son bastante espaciosos.
- Contratar un guía Visitar el Valle de los Reyes con un guía puede ser muy útil para comprender el significado de las pinturas y los jeroglíficos de las paredes. Los guías enriquecen la experiencia al dar vida a estas historias. Sin embargo, tenga cuidado con los "guías" sin licencia que se le acerquen en el valle; consiga un guía de una fuente fiable (recomendado por su hotel, agencia de viajes o centro de visitantes).
- Centro de visitantes: En el centro de visitantes de la entrada puede obtener información sobre el modelo del valle y su historia general. Aquí también hay aseos.
- Tren pequeño: Este tren se utiliza para recorrer el valle y puede ser un salvavidas, sobre todo cuando hace calor o si se tienen dificultades para caminar. Recorre una distancia corta y facilita el acceso al enterramiento principal.
- Tumbas con entradas adicionales: Tumbas como las de Tutankamón y Seti I requieren una entrada adicional. Estas entradas suelen estar disponibles en la misma taquilla donde se compra la entrada normal. Decidirlo con antelación y comprar la entrada en la entrada le ahorrará la molestia de volver a buscar la taquilla en el interior.
- Vendedores locales: Hay vendedores de recuerdos a la entrada y a la salida del valle. Compruébalo si te interesa, pero prepárate para regatear.
- Tómate tu tiempo: Cada tumba es diferente. Tómese su tiempo para respirar la atmósfera interior y examinar los detalles. Entrar y salir con prisas puede hacer que se pierda la magia de este lugar.
Una nota personal: el Valle de los Reyes y el flujo del tiempo
Cada vez que visito el Valle de los Reyes, me replanteo cómo funciona el tiempo. Los faraones que yacían aquí aspiraban a la vida eterna con creencias y rituales que se remontan a miles de años atrás. Estas "casas de la eternidad" que construyeron siguen en pie a pesar de los efectos del tiempo y la naturaleza. En algunos lugares, los colores de las paredes son tan vivos como si se hubieran pintado ayer. Esto es un testimonio de la profunda ansiedad del ser humano ante la muerte y lo desconocido, y al mismo tiempo de su extraordinaria creatividad.
En esos fugaces momentos en los que estoy solo en una tumba, olvido el calor del desierto exterior y me centro únicamente en las figuras de las paredes. Dioses, reyes, criaturas con cabezas de animales. Todos cuentan en silencio sus propias historias. Es como si las paredes susurraran. Estos susurros no sólo hablan de historia, sino también del orden del universo, del ciclo de la vida y del viaje del alma.
El Valle de los Reyes siempre me hace cuestionarme mi propia existencia y mi lugar en el flujo del tiempo. Estar frente a este legado dejado por estas personas que vivieron hace miles de años me recuerda lo pequeño y a la vez extraordinario que puede llegar a ser el ser humano. Esto no es sólo un cementerio; es un museo vivo que te envuelve con todo el peso y el misterio del pasado.
Si alguna vez se encuentra en Luxor, dedique tiempo suficiente a visitar el Valle de los Reyes. No se precipite. Entre, respire (¡o contenga la respiración!), no toque las paredes, pero mírelas, escúchelas. Le dirán algo que no encontrará en ningún otro lugar de Egipto. Como viajero, conocer este lugar no es simplemente marcar un punto en su lista de cosas que hacer antes de morir, sino un verdadero viaje al corazón del Antiguo Egipto. Y este viaje, créame, vale la eternidad.